La pedagogía del cuidado oblata nace en el siglo XIX como una respuesta humana y valiente frente a la exclusión social de mujeres en situación de prostitución y vulnerabilidad. Inspirada por Antonia y el Padre Serra, esta propuesta puso en el centro la acogida, el respeto por los tiempos personales y el cuidado integral de cada mujer, incorporando incluso el uso de terapias naturales como parte del acompañamiento.
Hoy, este legado sigue vivo en los Proyectos Oblatas de Brasil, donde se aplican las Prácticas Integrativas y Complementarias en Salud (PICS) —como la auriculoterapia, la acupuntura o los florales— para mejorar la salud física y emocional de las mujeres, reducir la ansiedad, el insomnio y el dolor, y fortalecer su bienestar y autonomía.
Este enfoque demuestra que el cuidado auténtico va más allá de las técnicas: se basa en la escucha, el vínculo y el reconocimiento de la dignidad de cada persona.
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