Con motivo de la celebración, el próximo día 25 de noviembre, del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, junto a la Fundación Serra-Shönthal, nos unimos a la lucha contra esta realidad por medio de un comunicado.
Como conmemoración, María Cruz, trabajadora de la Fundación, cuenta su experiencia acerca de cómo vive este año tanto el 25N como los 16 días de Activismo contra la Violencia de Gérnero, que comenzará el mismo día y continuarán hasta el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
“Ese día, desde hace más de 15 años, desde diferentes países y contextos, me he vestido de naranja y he gritado #metoo, #niunamenos, #timesup o el grito correspondiente, reivindicando esta lucha, uniéndome al movimiento desde esa sociedad civil a la que instan… para juntas intentar avanzar hacia el fin de una de las mayores violaciones de los derechos humanos, una de las más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo, intentando romper el silencio, el miedo o la estigmatización.
Este año, saldré a la calle como siempre, pero este año además lo haré más convencida y orgullosa que nunca. Este año saldré con muchas mujeres; mujeres migrantes, mujeres víctimas de trata, madres, hijas, mujeres víctimas de todo tipo de violencia, mujeres supervivientes, mujeres valientes…
Pero este año, sobre todo, tendré la suerte de salir con las Hermanas Oblatas, hermanas de a pie de calle, con un hondo sentido del concepto de la iglesia, que, desde la sombra, acompañan a un colectivo tremendamente desfavorecido en demasiados ámbitos desde hace más de 150 años; mujeres en contexto de prostitución. Hace seis meses que tengo la suerte de trabajar con ellas y aprender cada día a afrontar las injusticias para poder transformarlas. En ellas veo cada día, cómo, como Simón de Cirene, se cargan la Cruz de esas mujeres, aliviando el peso de sus cruces.
El próximo día 25, saldré a gritar sin olvidarme de dar las gracias a Dios por haberme puesto a la Fundación Serra Schönthal y a las mujeres que hay detrás de ella en mi camino”.
María