Hoy, 25 de marzo recordamos que, en esta misma fecha en 1873 (hace 149 años) Antonia emitió sus primeros votos
Con el buen sabor del inicio del Año Jubilar del Bicentenario de nacimiento de Madre Antonia, hoy día 25 de marzo recordamos que, en esta misma fecha en 1873 (hace 149 años) Antonia emitió sus primeros votos de manos de José María Benito Serra, Obispo de Daulia.
Con este motivo compartimos el extracto de una carta escrita por Antonia el 25 de marzo de 1865 a la Infanta María Cristina Muñoz-Borbón “su querida Titina”, donde descubrimos el proceso que ella va haciendo en su vida, un año después de fundar el Asilo de Ciempozuelos y pasar de educadora de Infantas a educadora de mujeres en situación de prostitución o como ella afirma “la esclava de los pobres”.
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Ciempozuelos, 25 de marzo [1865]
Mi Titina querida:
He recibido con verdadera alegría su cariñosa carta, y debo decirle que conozco tan bien su corazón que el 15 por la tarde me decía yo: dos personas pensarán en mí mañana, y dos cartas me llegarán: una de mi querida Cristina y la otra de Mariquitina. No me equivoqué. Parientes y amigos han echado al olvido a esta pobre reclusa, pero Cristinita y Mariquitina se han acordado, y Amparo, en el Cielo, se habrá acordado también con seguridad..
Gracias, mil gracias, querida mía, por la desgarradora fotografía que me ha mandado, que me arrancó un grito y muchas lágrimas. Se la agradezco de corazón. …Comprendo muy bien el vacío que encontró en París, V., que es tan sensible.
¡Qué hermoso proyecto el suyo de invitarme a hacerle una visita en Asturias! Hace casi un año que tenía yo el firme propósito de pasar con V. parte del verano último. Pero ahora ya no me pertenezco. Soy la esclava de los pobres. He dicho adiós al mundo, y pienso pasar el resto de mi vida en la soledad, preparándome para el gran paso.
Tengo cuarenta y tres años, querida mía, ayer era el aniversario de mi bautismo, y al renovar las promesas hechas sobre la pila bautismal, y viendo la cuenta que tengo que dar a Dios de los años en los que no he hecho más que buscarme a mí misma en vez de buscar su gloria, de esos años en los cuales creía que servía a Dios, pero en los cuales hice muy poca cosa por Dios, tengo vergüenza de mí misma. Quisiera comenzar una vida nueva de méritos y de mortificación, pero es necesario que Dios me ayude, y con su gracia me sostenga. Pida por mí.
Se muere a cualquier edad, como lo estamos viendo todos los días. Pida, querida mía, para que no me presente con las manos vacías en el juicio de Dios, y para que mi lámpara esté encendida cuando llegue el Esposo. Pida por mí para que sea lo buena que mis amigos creen que soy.
Si viene a Madrid o a Aranjuez, seguramente que tendré la alegría de verla. Pero si se va directamente a Asturias, me temo que no nos podremos ver en mucho tiempo…
Adiós, quiérame como yo la quiero.
ANTONIA MARÍA DE OVIEDO
