Hoy, día 23 de septiembre, como cada año desde la Fundación Serra-Schönthal, creada por la Congregación de Hermanas Oblatas en el año 2013, seguimos trabajando de manera colaborativa con otras entidades y organizaciones, tratando de promover el trabajo en red entre los proyectos que apoyamos para llegar a más mujeres y niñas que se encuentran en situación de trata y/o explotación sexual.
Este año queremos incidir en el trinomio migración – violencia de género – vivienda al que se enfrenta este colectivo por ausencia de recursos económicos y oportunidades. Uno de los factores que nos encontramos es el vacío para resolver la falta de vivienda; este inconveniente no se visibiliza en las esferas de los gobiernos. Por ello, es crucial continuar recordando la existencia de factores estructurales que atraviesan a las mujeres y niñas víctimas de trata con fines de explotación sexual, como las políticas migratorias aporofóbicas y de control europeas que deshumanizan a las personas, la feminización de la pobreza y la situación de irregularidad en el país que les lleva a la marginalidad social y por lo tanto, al difícil acceso a los beneficios sociales de los Estados.
Como consecuencia de los procesos de globalización, el número de mujeres migrantes ha aumentado y no sólo han traspasado las fronteras de los países donde nos encontramos, también somos testigos de una migración interna o en búsqueda de alternativas de desarrollo favorables, de fuentes de trabajo o siendo en algunos casos expulsadas de sus núcleos familiares. Se observa en las ciudades grandes pertenecientes a países de América Latina, Asia y África donde apoyamos proyectos de atención integral a mujeres en contextos de prostitución y/o víctimas de trata con fines de explotación sexual de Hermanas Oblatas.
Debido a la situación de sinhogarismo que se produce en muchos casos y que está directamente relacionada con los factores previamente mencionados, se facilita la captación por parte de redes trata, principalmente con fines de explotación sexual. Además, en otros casos, cuando son desbaratadas las redes de trata por los gobiernos locales quedan desamparadas y volver a sus lugares de origen puede ser caótico, por lo que terminan ejerciendo la prostitución para evitar de nuevo la situación de sinhogarismo y de precariedad o pobreza.
Recordemos que las mujeres sin hogar buscan un techo en sus vínculos más próximos para no pernoctar en la vía pública, a veces esos vínculos conllevan volver a una situación de violencia o de trata. Por ello, es importante no solo estar atentas a las nuevas fronteras virtuales y por lo tanto nuevas formas de captación a través de plataformas virtuales, sino innovar formas de luchar contra los trabajos feminizados y precarizados.
Este año queremos resaltar la importancia de la incidencia política de cara a un cambio real y la obligatoriedad de cumplir con los derechos humanos y específicamente de las mujeres, siempre desde una perspectiva interseccional.