Hoy, 26 de abril, celebramos la festividad de Nuestra Señora del Buen Consejo, una advocación muy significativa para la Congregación de Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, en especial para la Provincia Europa que la eligió como titular.
Nuestra fundadora, Antonia María de Oviedo y Schönthal está muy vinculada a esta advocación mariana, y ahora ya es un signo público: el pasado 14 de marzo se inauguró la plaza conmemorativa que recuerda esa oración que la fundadora dirigió a la Madre del Buen Consejo en busca de ayuda, y que dio pie a que ella se decidiera a abrir la primera casa de acogida con el Padre José María Benito Serra.
La imagen mariana ha ayudado a definir la vocación de varias personas que acudieron a ella confiadas en su consejo maternal, y así lo hizo con Antonia María de la Misericordia, tal y como se narra en la película Si todas las puertas se cierran, estrenada el 14 de abril, coincidiendo con la clausura del Bicentenario del nacimiento de Antonia María.
Nuestra Señora del Buen Consejo es una advocación mariana de la Iglesia Católica, venerada entre los fieles de la ciudad de Genazzano y la Iglesia universal. Pío IX incluyó en las letanías lauretanas las palabras “Madre del Buen Consejo”, en veneración a esta advocación.
Son muchos y todos ellos magníficos y gloriosos, los títulos que la Iglesia da a la Madre de Dios en estas Letanías, pero es particularmente bello el de Madre del Buen Consejo porque es la Obra del Eterno Consejo, fue llena, de manera singular, del Don de Consejo, y debemos recurrir a Ella para obtener este Don.