El 15 de agosto de 1957, María Asunción hizo sus primeros votos como Hermana Oblata del Santísimo Redentor. Desde ese mismo año, esta castellana oriunda de Bustillo del Páramo, comenzó a desarrollar su trabajo como hermana oblata en Brasil, donde continúa trabajando hasta la fecha.
En este gran país ha trabajado en ciudades como Belo Horizonte, Curitiba, Sao Paulo, Santos, Salvador de Bahía y Río de Janeiro. A lo largo de todos estos años, ha desempeñado diversas tareas al servicio de la Congregación y las mujeres que se encuentran en situación de prostitución, que van desde la coordinación de algunas comunidades donde le ha tocado vivir, trabajar en internados para las chicas, hasta colaborar en el lanzamiento del proyecto Fuerza Femenina en Salvador de Bahía. Actualmente atiende a la comunidad de Río de Janeiro.
De lo más difícil y gratificante de su labor como oblata, recuerda el trabajar con algunas de las chicas en los internados, así como el acompañamiento de las mujeres en sus problemas y necesidades. La vida de Asunción siempre ha sido una trayectoria de vida activa y de entrega al servicio de la Congregación.
Actualmente, no se imagina vivir en otro país que no sea Brasil, donde se siente más “en casa” que en España. Reconoce que lo más difícil de esta vida misionera fue, en sus primeros años, adaptarse a una nueva realidad, el entorno, el idioma… cuestiones que con el tiempo ha asimilado como propias.
Asunción reconoce que ve a Dios en medio de las diversas situaciones y problemas que se le han ido presentando a lo largo de su vida como religiosa. Problemas que ha vivido con paz, ya que para ella Dios se hace presente en la vida, las personas y el día a día con sus circunstancias. Afirma que es especialmente en la oración y en el encuentro con los demás donde se encuentra Dios