- Las Hermanas Oblatas han asistido a la celebración del congreso eclesial “Medellín 50 años“, organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR), Cáritas de América Latina y el Caribe y la arquidiócesis de Medellín
- Atendiendo al llamado del Papa Francisco de crear una Iglesia en salida, se han tratado los aspectos sociales de la evangelización y la atención a los más necesitados
Carmen Ugarte García, OSR México.
Después de 50 años, Medellín vuelve a ser un llamado urgente a la conversión eclesial y al compromiso con los pobres, a lo que el Espíritu animó en aquellos momentos a los Obispos de América Latina, y a todas las personas participantes queriendo ser fieles al Vaticano II. Entonces se decía: “Sobre el Continente Latinoamericano Dios ha proyectado una gran Luz que resplandece en el rostro rejuvenecido de su Iglesia, esta es la hora de la esperanza”.
La esperanza también ahora nos moviliza, y no podemos dejar que nos la robe la desigualdad y la violencia instalada tristemente en nuestro continente. No podemos seguir dejando paso a la inequidad social, al neoliberalismo que nos ha convertido en mercancía y sociedad altamente consumista, no, “Nuestra Fe no puede descansar”…
Al servicio de los pobres
Paradójicamente también somos la región con más población católica. Tal realidad implica una nueva mística, una nueva profecía, una nueva comunión, un nuevo modo de pensar la fe, una nueva actitud contemplativa de la vida y un nuevo compromiso para la acción donde nuestros proyectos pastorales estén ubicados en contextos liberadores, animados por procesos de formación en la fe y la conversión de modo que nuestras decisiones sean proféticas: “Somos una Iglesia al servicio del Pueblo y de l@s pobres.”
La vida sigue en riesgo y urge que cada un@ de nosotr@s adoptemos un compromiso indeclinable por la paz y la justicia de tantos hermanos y hermanas nuestras que esperan todo de nosotr@s. Necesitamos ser su voz, darles voz, empoderar su voz. El sujeto de la historia no puede seguir siendo un grupo privilegiado, sino tod@s l@s que la integramos.
Medellín también fue tachado de peligroso, al grado de persecuciones y martirio. Y es que defender la vida hasta las últimas consecuencias como lo hizo Jesús es peligroso. Por eso, necesitamos sostenernos en este nuevo nacimiento y aprender con las personas que ya están haciendo. Que la realidad que vivimos alcance a mover nuestras entrañas, que utilicemos la hermenéutica social que nos acerque más al Dios de Jesús, y que sigamos aprendiendo a dar razón de nuestra Fe. El tiempo es apremiante.
¿Creemos que el cambio es posible? ¿Estamos dispuest@s? “El compromiso es personal, aún a costa de sacrificios. Solo viendo al otro/a como mi herman@ puedo sentir su dolor y decidirme a hacer algo, a despertar en ell@s deseos de liberación” Lo que nos dará credibilidad es el testimonio de vida. Jesús que nos dice que no tengamos miedo, Él nos dará la fuerza, El hablará por nosotr@s, El estará con nosotr@s hasta el fin de los tiempos.
Agradezco profundamente a DIOS, a la CLAR y a nuestra congregación el regalo de esta rica experiencia.