El 20 de octubre, como cada tercer domingo de este mes, celebramos la festividad de Jesús Redentor. Como dice en su circular a la familia oblata Lourdes Perramon, superiora general, «celebrar este año el Santísimo Redentor, a la luz de nuestro Horizonte Capitular, que pone en el centro la MISIÓN, nos lleva necesariamente a hacer una relectura y actualización de nuestro envío a continuar en la Iglesia la obra redentora de Jesús».
Esto es una llamada a estar atentas a las realidades emergentes, pero también a la comunión, a la creatividad, a ser señales proféticas en un mundo lleno de situaciones de injusticia y exclusión.
Esta fecha, especialmente significativa para nuestra congregación, coincide, además, con el Mes Misionero Extraordinario declarado por el papa Francisco y con la Jornada Mundial de las Misiones.
Francisco, en el mensaje con motivo de la jornada del Domund, afirma: «quien ama se pone en movimiento, sale de sí mismo, es atraído y atrae, se da al otro y teje relaciones que generan vida. Para el amor de Dios nadie es inútil e insignificante. Cada uno de nosotros es una misión en el mundo porque es fruto del amor de Dios. Amor, itinerancia, oblación, gratuidad y agradecimiento. Este es el trayecto de Jesús. ¡Puede que ese sea el tránsito, siempre permanente y actual, hacia el vivir con Él!».
“La Redención es un camino que Dios traza en cada persona”, dice Lourdes Perramón. “La liberación es ante todo un don y una experiencia personal. En la medida que nos sabemos liberadas por puro amor y gratuidad, podemos liberar o mejor aún, nos sabemos en camino de redención compartida entre hermanas, con la familia oblata y muy especialmente con las mujeres” que, junto a Jesús Redentor “nos indican el camino a seguir”.
En esta fiesta del Santísimo Redentor, titular de la Congregación, deseamos que la audacia del Espíritu que hace posible el anuncio y el gestar espacios de Reino nos impulse a transitar cruces y habitar fronteras como cuerpo congregacional.
¡Feliz fiesta para toda la familia oblata!