El próximo domingo, 21 de mayo, coincidiendo con la fiesta de Ascensión del Señor, se celebra la 57 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año tiene como lema: “Hablar con el corazón, en la verdad y en el amor”.
“La llamada a hablar con el corazón interpela radicalmente a nuestro tiempo, tan propenso a la indiferencia y a la indignación”, escribe el Papa Francisco en su Mensaje para la 57 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Fuerte es la invitación a ir contracorriente para apoyar las aspiraciones de paz siguiendo el ejemplo de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas.
“Necesitamos comunicadores dispuestos a dialogar, comprometidos a favorecer un desarme integral y que se esfuercen por desmantelar la psicosis bélica que se anida en nuestros corazones”. Este es un pasaje de gran actualidad del mensaje del Santo Padre, que se dirige en particular a los trabajadores de la comunicación, pero señala que el compromiso de comunicar “con el corazón y con los brazos abiertos” es responsabilidad de todos.
La dinámica de “comunicar cordialmente”
El tema está idealmente conectado con el de 2022, que llamaba a “escuchar”, y con el anterior, que instaba a “ir, ver” como condiciones para una buena comunicación. Esta vez el Papa quiere insistir en “hablar con el corazón”. En efecto, el corazón es lo que mueve a acoger, dialogar y compartir, desencadenando una dinámica que Francisco define como la de “comunicar cordialmente”. Acoger al otro es lo que permite, después de escuchar, “hablar en la verdad y en el amor”. Escribe:
“No debemos tener miedo a proclamar la verdad, aunque a veces sea incómoda, sino a hacerlo sin caridad, sin corazón. Porque “el programa del cristiano —como escribió Benedicto XVI— es un ‘corazón que ve’”. Un corazón que, con su latido, revela la verdad de nuestro ser, y que por eso hay que escucharlo. Esto lleva a quien escucha a sintonizarse en la misma longitud de onda, hasta el punto de que se llega a sentir en el propio corazón el latido del otro. Entonces se hace posible el milagro del encuentro”.
Hablar con el corazón significa dejar entrever una participación “en las alegrías y los miedos, en las esperanzas y en los sufrimientos de las mujeres y los hombres de nuestro tiempo”, dice el Papa. Es un llamamiento que interpela especialmente a quienes comunican en un contexto hoy “tan propenso a la indiferencia y a la indignación, a veces sobre la base de la desinformación, que falsifica e instrumentaliza la verdad”.