«El tercer domingo de Octubre las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor celebramos nuestra gran fiesta congregacional: El Santísimo Redentor.
Lo hacemos inmersas en un mundo convulso, a primera vista poco alentador y causante de una sensación de impotencia.
Sin embargo, resuena en lo hondo de nuestro corazón otro tipo de escucha a la realidad. La escucha profunda que moviliza en nuestras entrañas, la compasión, la audacia evangélica, para acercarnos a quienes padecen las consecuencias de tanta inhumanidad o sienten en sus vidas el peso de las limitaciones, haciéndonos cauce de misericordia y solidaridad.
Hoy, como hace más de 2000 años, la entrega incondicional, valiente y oblativa de Jesús Redentor sostiene y llena de sentido y fecundidad el envío que recibimos a ser continuadoras de esta obra de redención.
Que la escucha atenta a los desafíos que percibimos en las realidades sociales y congregacionales, nos indiquen los nuevos ámbitos en donde el rostro encarnado de Jesús Redentor nos espera.»
Lourdes Perramon, Superiora General