Celebramos la fiesta del Santísimo Redentor en el tercer domingo de octubre, con la gran alegría de unirnos en comunión con toda la Familia Oblata.
Es un momento especial para hacer memoria del amor de Jesús como don gratuito, su misericordia derramada abundantemente , una oportunidad de renovar nuestra entrega generosa en la misión y acoger el dinamismo Redentor, que se nos regala hoy, mañana y siempre.
En este día, la hermana Superiora General Lourdes Perramon, convoca el XXIII Capítulo General, que tendrá lugar, en Ciempozuelos, en junio del 2025. Recordamos las inspiradoras palabras de su circular, que nos invitan a participar y hacer propio el camino de preparación:
Cercanas a nuestra fiesta congregacional del Santísimo Redentor me dirijo a vosotras una vez más, no tan solo para felicitarnos en un día tan señalado, sino también para invitarnos a participar y hacer propio el camino de preparación hacia el XXIII Capítulo General convocado a través de esta circular.
Nos acompañará el eslogan: “Nacer de nuevo… forjando el futuro con esperanza”, que nos muestra dos senderos a transitar.
Uno más hacia nuestro interior: nacer de nuevo. Necesitamos acoger nuevamente la invitación de Jesús a Nicodemo (Cfr. Jn 3, 3-8). Disponernos a un cambio de mentalidad y corazón, reavivar nuestra vocación de mujeres consagradas, revitalizar el sentido de la vida fraterna, de envío y misión… en definitiva, volver a lo esencial del seguimiento a Jesús Redentor. Porque tan solo enraizadas en Él es posible mirar con honestidad nuestra realidad personal e institucional, nombrar con valentía lo que requiere ser transformado, disponernos a un proceso de verdadera conversión, a soltar, superar resistencias y armonizar con realismo nuestras vulnerabilidades y potencialidades.
El otro más orientado hacia lo institucional: forjar un futuro con esperanza. Porque llevamos tiempo constatando la necesidad de hacer ajustes en nuestra organización. Necesitamos diseñar un estilo de funcionamiento que impulse un camino más compartido entre nosotras a nivel global, que genere vida y ayude a vivir de manera evangélica y coherente con nuestra realidad. Caminar hacia nuevas estructuras, diversas y flexibles, que fomenten un sentido de pertenencia más allá de nuestras Provincias o fronteras geográficas y que respondan a la llamada de ser signos de esperanza para nuestro mundo, en especial para las mujeres.
Ambos senderos van de la mano, se necesitan mutuamente y representan un gran desafío para nuestro tiempo. Nos lo indica claramente el Papa Francisco al dar razón del motivo de su elección para el tema del año jubilar 2025 “Peregrinos de la Esperanza”, que coincide en fechas y acompañará gran parte de nuestro proceso precapitular. Francisco expresa: El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente.” Y añade también, que debemos hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras.
Nacer de nuevo no es fácil, pero es el camino. Se trata de morir para vivir, así es la Redención, proceso Pascual de vida y esperanza. María, en el icono, nos señala con su mano a Jesús. Él es el camino y en ella encuentra Jesús mismo refugio y seguridad para afrontar su entrega. Vivamos pues nuestra fiesta y el camino precapitular inmersas en esa misma comunión que reflejan María y Jesús con sus manos entrelazadas, asumiendo juntos la misión redentora que Dios les ha confiado. Su maternidad bondadosa, su acogida, socorro y consuelo, renueven en cada una de nosotras el coraje para seguir caminando tras las huellas de Jesús Redentor.
¡FELIZ DÍA PARA TODA LA FAMILIA OBLATA!