2020 no solo ha traído para nuestra congregación un nuevo año. Representa, apenas, los primeros pasos del nuevo sexenio que comenzaba a finales de 2019. Un nuevo camino que recorrer, la mano de Jesús Redentor y de las mujeres.
Un camino, además, que para nuestra congregación comenzaba hace 150 años, y que supondrá un motivo de celebración y alegría durante todo este año.
Queremos seguir compartiendo con toda la Familia Oblata esta andadura, seguir alimentando esa semilla que plantaron los padres fundadores, en busca de un mundo más justo con las mujeres, especialmente con las pobres, las excluidas y las que ejercen prostitución o son víctimas de trata para la explotación sexual.
Queremos también saber acudir allí donde somos llamadas, ser Iglesia en salida capaz de habitar lugares y realidades emergentes, y adentrarnos en los nuevos horizontes. Renacer cada día a la luz del Espíritu y, sobre todo, ser capaces de trasmitir con nuestra propia vida la alegría del Evangelio y la gracia del Redentor.
¡¡Feliz Año Nuevo, Familia Oblata!!