El pasado sábado, 13 de febrero, nuestra congregación celebró el evento de clausura de los 150 años de su nacimiento. Un encuentro virtual que nos unió como familia oblata, ahondando en nuestros orígenes y haciéndonos parte de una historia común.
El encuentro constó de dos partes: en la primera, tuvo lugar la presentación del libro ‘Recuerdos’, escrito por la hermana Inmaculada Ruíz de Balugera; en la segunda, se hizo una memoria agradecida la vida generada en nuestra Familia y del recorrido hecho por la congregación, compartiendo testimonios y diversas experiencias del conjunto de la familia oblata: marías; mujeres de los proyectos, laicado, hermanas y se ha contado con el mensaje de Pe. Michael Brehl superior general de los Redentoristas, en representación de toda la amplia familia redentorista.
Desde Bucaramanga, Colombia, Raquel Ruíz Bueno señala que ha sido un “encuentro inolvidable. Primeramente de sentimientos encontrados al ir viendo aparecer a las hermanas, alegres, felices, llenas llenas de emoción, unas conocidas, otras no. Percibí la grandeza y riqueza de pertenencia congregacional vividas en estos 150 años”.
“Ha sido agradable, sorprendente, hermoso, rico, sustancioso y profundo revivir la maravillosa historia y recuerdos de esta Obra de Dios, es decir: pisamos, sentimos y tocamos nuestros Orígenes. Encuentro de mucha emoción y motivación. Realmente me sentí privilegiada de Jesús Redentor, de Padre Serra y de Madre Antonia, de ser parte Congregacional de tan Sublime Misión”, ha explicado Raquel.
Para Pura González, desde Lisboa (Portugal), el encuentro ha sido “una oportunidad especial para recordar y recrear lo que nos da sentido como Familia Oblata; un espacio significativo de conexión con las propias raíces, la fuente que revitaliza la experiencia fundante y fortalece la pertenencia, la identidad y la comunión”, así como para “tomar conciencia que la Familia Oblata crece y se hace presente hoy de una forma nueva”.
Además, Pura afirma que se trata de “una invitación para caminar en Esperanza. En este tiempo de pandemia, donde la fragilidad de las mujeres se manifiesta con fuerza me resuenan las palabras de Serra a Antonia ‘sea valerosa y no se descorazone…’: una llamada a la entrega gratuita, confiada, al compromiso y la solidaridad”.
Por último, Priscilla da Silva Fernandes, desde Rosario (Argentina), dice que “celebrar la clausura de los 150 años fue verdaderamente un momento de recordar, traer al corazón tantas vidas entregues en la construcción del Reino, porque ‘es la obra de Dios’. Y también de agradecer, la fidelidad y Oblación de hermanas, laicas y Mujeres acompañadas en este camino de construcción que nos une como Familia Oblata y nos fortalece a seguir mirando el horizonte en la certeza de que el Redentor y las mujeres nos indican el camino. Gracias Señor por estos 150 años de vida y por yo hacer parte de esta familia”.
