El 24 de mayo celebramos la 54ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Una oportunidad para conmemorar, tal como resalta el papa Francisco en su mensaje para este día, que las personas somos seres narradores, porque el hombre y la mujer somos seres “en realización, que se descubre y se enriquece en las tramas de sus días”.
Las historias, como dice Francisco, pueden ser narradas de diversas formas, ya sea a través de la música, la literatura, la prensa o la poesía, entre otras muchas maneras. Sin embargo, el Papa subraya también la importancia de que las historias no sean utilizadas con “fines instrumentales”, que tienen una “vida corta”, sino que, bajo la bondad y la honradez, “una buena historia es capaz de trascender los límites del espacio y del tiempo”.
“Necesitamos paciencia y discernimiento para redescubrir historias que nos ayuden a no perder el hilo entre las muchas laceraciones de hoy; historias que saquen a la luz la verdad de lo que somos, incluso en la heroicidad ignorada de la vida cotidiana”, apunta Francisco.
En este sentido, añade el Papa, la Biblia es la gran historia de amor entre Dios y la humanidad. La historia de la Redención, en cuyo centro está Jesús: “su historia lleva al cumplimiento el amor de Dios por el hombre y, al mismo tiempo, la historia de amor del hombre por Dios”.
“El hombre será llamado así, de generación en generación, a contar y a grabar en su memoria los episodios más significativos de esta Historia de historias, los que puedan comunicar el sentido de lo sucedido”, destaca Francisco.
De hecho, el mismo Jesús hablaba de Dios Padre “no con discursos abstractos, sino con parábolas, narraciones breves, tomadas de la vida cotidiana. Aquí la vida se hace historia y luego, para el que la escucha, la historia se hace vida: esa narración entra en la vida de quien la escucha y la transforma”.
El poder transformador de las historias va configurándonos, uniéndonos, haciéndonos más cercanos. A través de ellas creamos testigos de nuestra vida. Por eso, queremos reconocer y recordar en este día a todos aquellos que, desde las Provincias y los proyectos de nuestra congregación, transmiten la Buena Noticia a través de sus palabras y sus actos.
Francisco nos llama, en su mensaje, a entender que la historia de Cristo no es patrimonio del pasado, sino que es nuestra historia, siempre actual. “Nos muestra que a Dios le importa tanto el hombre, nuestra carne, nuestra historia, hasta el punto de hacerse hombre, carne e historia”, apunta. También nos dice que no hay historias humanas insignificantes o pequeñas, ya que, después de que Dios mismo se hiciera historia, “toda historia humana es, de alguna manera, historia divina”.
Puedes leer el mensaje del Papa completo aquí.