Reunidas las hermanas de los equipos General y Provinciales de diferentes partes del mundo, en San Pablo, Brasil, damos inicio al XXIV Consejo Ampliado, bajo el lema “Les daré un futuro lleno de esperanza” (Jr.29). Estarán reunidas hasta el día 9 de julio reflexionando sobre la prospectiva de futuro para la Congregación.
La hermana Lourdes Perramon (Superiora General) en sus palabras de apertura, nos invita a reconocer este momento “como momento de gracia y de posibilidad de otear la voluntad de Dios y vislumbrar juntas el horizonte misionero”, retomando las palabras que Hna. Liliana Franco, ODN, decía en la intervención del encuentro virtual en febrero.
La tierra está preparada, tenemos semillas que sembrar, incluso hay brotes que ya emergen… y si nos dejamos conducir por la brisa suave del Espíritu, llegaremos incluso a vislumbrar el árbol que se proyecta a futuro.
A continuación, para dar inicio a los dos días de retiro, el padre Leonardo da Silva Costa, C.S.SP. nos ofrece una orientación, donde nos hace la invitación a reconocer los planes de Dios, como planes de paz y no de desgracia, para darnos un futuro y una esperanza como promesa. Y nos recuerda que, para ello, es necesario escuchar a Dios, obedecer y hacer, es decir, armonizar desde la confianza en Él y la corresponsabilidad a nivel personal, comunitaria congregacional y eclesial.
Dios nos llama a ser comunidades vivas, sencillas y proféticas. Como vida religiosa se nos invita a inclinarnos sobre las llagas de la humanidad de nuestro carisma. Estamos llamadas a ser lo que Dios desea, mujeres felices, mujeres de esperanza, mujeres que no nos dejamos robar: la alegría, la esperanza, la comunidad, el Evangelio, el ideal del amor fraterno y el entusiasmo y la fuerza misionera, como pedía el Papa Francisco en Evangelii Gaudium.
¡Sigamos unidas en estos días de compartir y discernimiento!