Ivoni Grando es brasileña, hermana oblata desde el año 1971 cuando realizó su primera profesión. Y damos este dato porque ella, en la actualidad, es la persona que forma a todas aquellas chicas que, una vez profesados los primeros votos, continúan sus estudios y su formación hasta que llega el momento de los votos perpetuos.
En Belo Horizonte (Brasil), Ivoni es la formadora de la etapa de juniorado de la Provincia Santísimo Redentor. Allí, forma y acompaña a cuatro jóvenes brasileñas que viven en comunidades oblatas y que, ya como hermanas, trabajan en diferentes proyectos que tiene la Congregación en varios puntos del país.
El tipo de formación que estas chicas reciben tiene como objetivo consolidar el carisma congregacional y la formación en valores religiosos, todo ello dentro de una vida religiosa vivida con normalidad, como la define Ivoni.
Dentro del plan de formación, las jóvenes también se emplean en finalizar o cursar estudios académicos. Teología, psicología, trabajo social o pedagogía son las carreras que actualmente están estudiando las hermanas durante su etapa de juniorado.
Respecto a la crisis de vocaciones que sufre la Iglesia, tanto en España como en Brasil, Ivoni dice que esta crisis es, en realidad, una crisis de respuestas. Para ella, la vocación sigue ahí, dentro de muchas y muchos jóvenes, el problema es que en el momento actual la sociedad tiene una concepción muy negativa de la vida religiosa. Mucha gente la desprecia y la ve como algo oscuro. Un pensamiento que choca con la realidad y que impide que los jóvenes se acerquen a un horizonte vocacional muy amplio.
Es bueno resaltar que las hermanas que forma Ivoni no son chicas diferentes del resto. También tienen sus miedos, dificultades, dudas y sus propios sueños. Son hijas de su tiempo y, por tanto, jóvenes normales.
¿Pero qué es lo que hace más difícil la vocación religiosa hoy en día? Para Ivoni tiene una palabra: compromiso. Hoy en día existe el miedo al compromiso, a asumir un estado de por vida, a comprometerte de manera perpetua a una situación determinada. Y esto es algo que no sólo afecta a la vida religiosa, sino también a otros ámbitos como el matrimonio.
Gracias a Dios, frente a esta situación, hay jóvenes que, como las cuatro hermanas que se preparan en Belo Horizonte, aún apuestan con alegría por entregar su vida a Jesús.