Cumplir 50 años siempre es motivo de celebración y alegría. Cuánto más, si se trata de medio siglo de vida en el seguimiento de Jesús, y entregada a quienes más lo necesitan. Esto es lo que celebraron el pasado domingo 8 de abril las Hermanas Oblatas de Puerto Rico: 50 años de su llegada a la isla, y las bodas de oro de entrega fiel y generosa de las hermanas Ligia Mercedes Latorre Albarracín, Matilde Murillo Vargas y Modesta Cruz Santiago, junto con Antonia Ceballos Castañeda y María Celina Ruiz Posada cuya celebración en el 2017 no fue posible debido al paso de los huracanes Irma y María.
La Eucaristía tuvo lugar en la parroquia de San Agustín, de los Padres Redentoristas, situada en San Juan de Puerto Rico.
Un día de alegría y agradecimiento en el que se unieron a la Eucaristía y a la cena muchos amigos y amigas, residentes y ex residentes de la Casa de la Providencia, niñas del hogar Nuestra Señora de Fátima, así como la presidenta de la COR, religiosos y religiosas de distintas congregaciones y el coro de la Parroquia Espíritu Santo.