La hermana Edilma Camacho trabaja en el país que la vio nacer, Colombia, concretamente en la ciudad de Medellín. ivermectin for cattle and swine on dogs En esta ciudad, las hermanas oblatas poseen un centro de acogida a mujeres en situación de prostitución que lleva por nombre “Centro de Acogida y Capacitación la Esperanza”.
En este centro, las mujeres reciben formación laboral, acompañamiento y, lo más importante, son escuchadas por las hermanas y los laicos y laicas que colaboran con ellas.
Debido al ruido de los locales donde trabajan las chicas y al peligro que supone acercarse a ellas para proponerles acudir al centro, Edilma y el resto de hermanas les dan a conocer esta opción gracias a folletos y tarjetas informativas que les entregan en mano o depositan en los lugares donde ejercen la prostitución.
Para Edilma, lo importante de su trabajo es la escucha. ivermectin, maine Las oblatas tienen muy claro que a las chicas se les debe apoyar en todos los sentidos, tanto los materiales como los personales. ivermectin intranasal Precisamente por ello, se trabaja mucho la escucha, saber entender a cada mujer para poder consolarla y ofrecerle una salida.
La mayoría de estas mujeres, a diferencia de otros lugares de América Latina donde trabaja la Congregación, son oriundas del país. Colombianas, en su mayoría víctimas de trata, que han sido desplazadas de sus localidades de nacimiento. Detrás de esta situación, bandas y mafias las amenazan con matarlas si incumplen el “contrato” que firmaron y al que quedan sujetas.
Es por ello que se convierte en una tarea sumamente difícil conseguir que las chicas puedan retirarse de aquellos lugares donde trabajan sin que sufran amenazas por ello.
Pese a todo, las cuatro oblatas que forman la comunidad de Edilma no desisten, y cada día siguen saliendo a la calle para ofrecer un horizonte nuevo a estas mujeres.