En sintonía con la Jornada mundial de la Vida Consagrada, que este año tiene por lema «Peregrinos y sembradores de esperanza», las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor conmemoramos los 155 años del inicio de nuestra Congregación.
Nuestros fundadores, José Mª Benito Serra y Antonia María de Oviedo recorrieron un camino de fe y confianza, hasta descubrir la necesidad de una nuevo Instituto dedicado totalmente a esta obra de redención, organizado en conformidad con el objetivo que se proponían:
acoger e instruir a las mujeres que ejercían prostitución, abriendo para ello asilos gratuitos, para recibirlas sin restricción alguna, y que fueran verdaderos hogares donde las mujeres se sintieran valoradas, apreciadas, reconocidas y cuidadas con ternura y respeto. Al mismo tiempo fueran espacios de formación para que aprender un oficio y conseguir sus sueños.
Gracias a la voluntad inquebrantable de nuestros Fundadores, el Instituto prosperó y su trabajo se veía recompensado en la apertura de nuevas casas de acogida.
El ejemplo de Antonia María de la Misericordia de dejarse guiar por el Espíritu, abierta a la búsqueda del querer de Dios nos ayudan hoy a renovar el ánimo, el coraje, el vigor, y la valentía para seguir en la misión de anunciar las maravillas de Dios y denunciar los prejuicios que están arraigados en la sociedad de ayer y de hoy con respecto a las personas que están en contexto de prostitución.
Con esta memoria agradecida, caminamos en unidad con la Vida Consagrada en este Año del Jubileo Ordinario, que sitúa a toda la Iglesia bajo el signo de la esperanza que no defrauda (cf. Rom 5,5) y nos llama a convertirnos en «peregrinos y sembradores de esperanza».
¡Gracias por caminar con nosotras en esta misión de fe y servicio!