El 8 de septiembre de 1886, a los 76 años de edad, fallecía nuestro padre fundador, José María Benito Serra, en el desierto de Las Palmas de Benicassim. Monje benedictino, misionero y obispo, nacido en Mataró (Barcelona) el 10 mayo de 1810, fue un hombre tocado por la audacia del Espíritu, gracias a la cual fue capaz de contemplar el pesar de las mujeres en contextos de prostitución del Madrid del siglo XIX. No solo supo escuchar su pesar, sino que se lo hizo suyo, y se convirtió en parte activa de una nueva esperanza para aquellas mujeres sin recursos: “Si todas las puertas se les cierran, yo les abriré una”.
Fundador junto a Antonia de Oviedo y Schönthal de la congregación de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, fue un hombre capaz de hacer propio el trabajo por cambiar la situación de tantas mujeres de entonces, pero también de ser ejemplo con su propia vida de los valores que aún permanecen en la congregación: la empatía, el compromiso y el trabajo por alcanzar una sociedad más igualitaria y, sobre todo, más justa.
Damos gracias por la vida de José María Benito Serra, por su forma de transmitir la alegría del Evangelio y por el legado que ha dejado a la congregación y a tantas mujeres a las que ha llegado su labor.