- Desde el proyecto oblata de Ciudad Juárez explican el caso de una de las mujeres, actualmente graduada en enfermería
Imelda Salinas es una de las mujeres que, hace algunos años, acudió al proyecto que las Hermanas Oblatas tienen en Ciudad Juárez, México. Una ciudad donde la vida de las mujeres se hace particularmente difícil, lo cual se manifiesta en las elevadas cifras de violencia que se extraen cada año de esta localidad. Pero esta es una historia de esperanza.
Una nueva vida
Imelda acudió a las Hermanas Oblatas en busca de una nueva vida y, tras cinco años en el proyecto, la ha logrado. Es un orgullo, no solo para ella, sino también para todas las personas que forman parte de la familia oblata, que Imelda haya acabado su carrera de enfermería, de la cual ha recibido el título este mes de marzo para que pueda comenzar a ejercer su profesión. Por otra parte, con una beca ofrecida por el colegio donde estudia su hija, podrá preparar también el examen para la licenciatura.
Esta mujer valiente y luchadora, ama de casa y estudiante, no solo es capaz de hacerse cargo de sus dos hijos y de prepararse para una profesión tan entregada como la enfermería, sino que además se ha unido al proyecto oblata nuevamente pero, esta vez, para prestar su ayuda a las mujeres que llegan con sus hijos buscando una nueva vida… como la suya.
Proyectando esperanza
Junto con entidades como Asociación para la Solidaridad, las Hermanas Oblatas han desarrollado diferentes acciones sociales en Ciudad Juárez. Un ejemplo de esto es el proyecto de microempresas, con el que se pretende dar la oportunidad de salir de la exclusión social a las mujeres por medio de la puesta en marcha de sus propios negocios. Un centro de estética, una pastelería… Empresas que no solo servirán para garantizarles un trabajo, sino también una estabilidad y una nueva vida para ellas y para sus hijos.