Hay vida… y esperanza,
cuando alguien ama
contra toda lógica,
contra toda razón,
contra toda posibilidad.
Hay vida… y nuevas oportunidades,
en la fuerza y el coraje
de quienes luchan día a día,
en medio su desolación,
para construir los sueños
de una vida mejor.
Hay vida… y luz,
en el corazón de aquellos
que responden,
serena y pacíficamente,
ante la impunidad del mal
que los asedia,
y en los que no guardan rencor
ante la ofensa y la agresión.
Hay vida… y belleza,
en la armonía de la creación,
y en aquellos que aman,
apasionadamente, todo lo que hacen,
no para sí, sino para ofrecer al mundo.
Hay vida… y alegría serena,
en el corazón de los que saben vivir
acogiendo y agradeciendo todo lo que son
y lo que tienen, sin desear más,
o, incluso, sin tener nada.
Hay vida… y ternura
en los gestos de compasión
de los que curan heridas
y remiendan las roturas del corazón.
Si, hay vida cargada de Luz,
esperanza, novedad, belleza,
ternura, alegría…
Y una música de Amor que todo
lo envuelve más allá
de los confines de la tierra.
Nada podrá silenciar su
Eterna sinfonía.
Tampoco el mal… ni la muerte.
Poema escrito por Mar Galcerán, parte de nuestra familia oblata de Barcelona.