En los últimos días, la preocupante situación desencadenada por los incendios en el Amazonas ha llevado a numerosas instituciones y grupos a mostrar su dolor ante los mismos. Así, de la misma manera que la vida consagrada de América Latina y el Caribe “levanta su voz y se une al clamor universal”, por medio de un comunicado hecho público por la CLAR, las Hermanas Oblatas nos unimos a esta petición de frenar la destrucción de la Amazonía.
Una destrucción que sale a la luz, precisamente, cuando apenas faltan unas semanas para el inicio del Sínodo por la Amazonía promovido por el papa Francisco, quien, visiblemente afectado por la situación, recordaba en el rezo del ángelus del pasado domingo, 25 de agosto, que toda la Iglesia está preocupada “por los vastos incendios que se han desarrollado en la Amazonía. Rezamos para que, con el compromiso de todos, puedan ser controlados lo antes posible. Ese pulmón de bosque es vital para nuestro planeta”.
“La amenaza, la destrucción provocada por los incendios forestales y pérdida de la biodiversidad, siguen siendo una muestra de la explotación ambiental y la violación sistemática tanto de los derechos humanos básicos de la población amazónica como de los derechos de la Madre Tierra”, dice la CLAR y, citando el Instrumentum Laboris del Sínodo, recalca que “estamos devastando los “lugares epifánicos en donde se manifiesta la reserva de vida y de sabiduría para el planeta, una vida y sabiduría que hablan de Dios” (IL 19).
Por este motivo, la CLAR solicita “encarecidamente a los gobiernos responsables de los países amazónicos”, que unan sus esfuerzos y realicen los acercamientos necesarios para actuar prontamente ante esta emergencia ambiental que reclama la solidaridad de todas/os”. Unos esfuerzos que servirán, en definitiva, para reestablecer la salud de la casa común.