Como cada 8 de septiembre, nos unimos junto a toda la Familia Oblata en la celebración del recuerdo de nuestro Fundador, José María Benito Serra. Un hombre que supo ver el rostro de Jesús en las mujeres en situación de prostitución y que abrió para ellas, con la colaboración de Antonia Maria de Oviedo las puertas de un hogar de acogida, que fuera puerto de salvación, escuela de virtud y taller de industria.
«El día de la Natividad de Nuestra Señora, 8 de Setiembre del año 1886 à las tres menos cuarto de la tarde falleció en este Santo Desierto el Excelentisimo é Ilustrisimo Señor Doctor Don José Maria Benito Serra y Juliá Obispo de Daulia de edad de 76 años, natural de Mataró Provincia de Barcelona é hijo legitimo de Don José y Doña Teresa, recibió con pleno conocimiento y suma devoción los Santos Sacramentos de Penitencia, Viático y Extrema Uncion«.
Así relata este acontecimiento Fray Isidoro de la Cruz*, prior del convento de los Carmelitas en el desierto de las Palmas, en Benicasim. Él mismo explica cómo fueron los últimos años de vida de nuestro fundador en el convento:
«Durante el tiempo que ha vivido con nosotros noté en el un gran celo por el cumplimiento de sus deberes, todos los días celebraba el Santo sacrificio de la Misa y rezaba el oficio divino sin dispensarse jamas por los achaques que padecia, la ante-vispera de su fallecimiento, a pesar del estado de postración en que se encontraba, celebró Misa en el Oratorio del Prelado.
Acogió la noticia de su próxima muerte con la resignación de un fervoroso cristiano y con aquella paz mensajera de una conciencia pura y dispuesta á rendirse al Criador. Recibió los Santos Sacramentos con tal fervor, acción de gracias y humildad que al suministrarle el Santo Viatico quiso arrodillarse en tierra y lo hubiera realizado a no impedírselo el que suscribe».
Han pasado 134 años de este momento, y hoy damos gracias por la vida, la sensibilidad social, el talante audaz y el testimonio de José María Benito Serra, por su forma de transmitir y hacer vida el Evangelio, al estilo del Buen Pastor. El carisma legado a la Congregación nos impulsa a seguir como él, abiertas a las necesidades de tantas mujeres, brindando en nuestro hacer cotidiano, cercanía, empatía, relación y encuentro.
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* Archivo Histórico de los Carmelitas Descalzos del Desierto de Las Palmas [AOCDDP], A, XVI, 1[2]. Libro ms.: Religiosos fallecidos en el Santo Desierto de Las Palmas 1695-1894, fols. 134-136[3]. Puedes leer el texto completo aquí.