Cada 19 de agosto se rinde homenaje a todas las personas que participan directamente en las labores de ayuda humanitaria a poblaciones afectadas por catástrofes o que se encuentra en zona de conflicto.
El origen de esta “memoria” se encuentra en el 19 de agosto de 2013, fecha en que 22 trabajadores de Naciones Unidas murieron en un ataque perpetrado contra las oficinas de este organismo en Bagdad; ellos prestaban servicios humanitarios.
Recordamos y acompañamos a miles y miles de personas que dejan la tranquilidad de sus hogares para ofrecer humanidad profesionalidad, tiempo, valores a quienes, han perdido todo. Pensamos a las personas damnificadas por los terremotos como Haití; a las poblaciones destrozadas por la erupción de volcanes como Guatemala, donde han estado presentes organizaciones no gubernamentales que trabajan para mejorar las condiciones vitales de poblaciones vulnerables o sometidas a situaciones de riesgos y emergencias y continúan aportando altruismo y generosidad en situaciones de sufrimiento que nos trasmiten los medios de comunicación como las pateras que llegan a las costas europeas, la tragedia de los campos de refugiados. Voluntarios y ONGs están presentes con sencillez y eficacia.
Esta celebración, además, tiene como objetivo reforzar la sensibilización y ampliar el espíritu de cooperación internacional y el compromiso de los estados para reducir las condiciones desfavorables que provocan las guerras y los desastres naturales.