Las Hermanas Oblatas recordamos el 1 de junio el comienzo que lo cambió todo: el inicio de la misión Oblata con la abertura de la primera casa de acogida, la Casa Madre de Ciempozuelos.
Fue en 1864 cuando se dio el primer paso de un camino hecho de fe, valentía y ternura comprometida. Desde ese momento, la Familia Oblata hemos elegido estar al lado de las mujeres, acompañando sus procesos con respeto, escucha y esperanza.
💜Porque cada mujer cuenta.
💜Porque su historia merece ser escuchada.
💜Porque creemos en un mundo más justo, más humano, más libre.
Hoy renovamos nuestra misión de acoger, respetar, acompañar y transformar.
Pues el clamor que nuestros fundadores que escucharon sigue presente en la sociedad:
“Después de haber asistido mucho tempo a los enfermos del este hospital de San Juan de Dios, he visto que entre las enfermas es grande el número de las que quieren dejar la prostitución. He hablado a las superioras de establecimientos destinados a recogerlas, pero en vano. Se encuentran llenos, y las pobres muchachas, no obstante sus buenas disposiciones, se ven obligadas a abandonarse otra vez por las calles, por no haber quien las quiera admitir.
Esto era demasiado doloroso para que yo pudiera presenciarlo sin determinarme a hacer algo a favor suyo… Y si todas las puertas se cierran, les abriré yo una, donde se puedan salvar…” (Carta de Mons J. M. Benito Serra al P. Francisco Dou, 8/6/1864)
Esta misión que seguimos realizando a día de hoy, no sería posible sin todas las personas, hermanas, profesionales y voluntariado, que hacen vida el carisma Oblata.
Gracias por seguir caminando con nosotras.