Un año más, las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor nos unimos a las voces que, cada 1º de mayo, Día Internacional del Trabajo, se alzan para reclamar unas condiciones dignas para los trabajadores y trabajadoras.
Nuestro carisma nos hace presenciar, muy de cerca, la gran importancia que tiene un trabajo digno en la realización personal, la independencia y la autoestima, sobre todo en las mujeres que se encuentran en contextos de exclusión.
Si ser mujer supone, en nuestra sociedad, limitaciones y dificultades a la hora de acceder y progresar en el ámbito laboral, tanto más para aquellas que son jóvenes o inmigrantes.
Con todas ellas, así como contra la situación de precariedad y desigualdad de la que parten frente al mercado laboral, está nuestro compromiso y solidaridad como familia oblata en esta jornada del 1 de mayo.
Por todo esto nos unimos a la campaña #NoSoyUnDescarte, una iniciativa de Iglesia por el Trabajo Decente que llama a movilizarse en este Día del Trabajo contra “la lacra de la precariedad laboral” y con la que se hace referencia a aquellos que, víctimas de la exclusión que provoca una sociedad basada en el capital, el papa Francisco define como “descartados”.